La marca Maurice Lacroix fue creada por la empresa internacional Desco von Schulthess para lanzar sus modelos de relojes en 1975.

Aprovechó su dilatada experiencia en este sector: la empresa, que había sido fundada en Zúrich en 1889 y contaba con una larga tradición, había representado marcas de relojes suizos muy conocidas desde 1946, en particular en el Lejano Oriente. A principios de los 60, la sociedad matriz de Maurice Lacroix adquirió una empresa dedicada al montaje de relojes, ubicada en Saignelégier.

Aquí, en el corazón de las montañas del Jura, se elaboraban relojes de alta calidad para varias marcas, que estampaban después su propia firma en la esfera, la caja y el movimiento. Gracias al conocimiento acumulado durante décadas creando relojes de alta calidad, para Desco von Schulthess crear su propia marca resultaría tan solo un paso más.

Siglo tras siglo, y gracias al espíritu innovador y al perfeccionismo de sus relojeros, Suiza se ha ganado un prestigio que nadie más posee. Maurice Lacroix se ha comprometido a mantener esta tradición y alto nivel de artesanía relojera. Durante más de 40 años, Maurice Lacroix ha fabricado sus relojes en sus modernos talleres de Saignelégier. Aquí convergen todos los factores necesarios para crear relojes de la mejor calidad: competencias en materia relojera, destreza artesana, dominio industrial, capacidad tecnológica y, por supuesto, un alto sentido de la calidad.

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